Un congreso sin debate interno de interés, en el que se veta directamente la enmienda a la duplicidad de cargos en la ponencia «Comprometidos con el PPCV», y en la que ni tan siquiera se da opción al debate ni mucho menos a la votación. Y eso, cuando la mayoría de los compromisarios además han sido elegidos con métodos dudosamente democráticos y son en muchos casos cargos electos puestos a dedo por la dirección del partido.
Encontrar un militante de base, de los que pega carteles ha sido prácticamente una misión imposible en Alicante, salvo que formaran parte de algún sequito de alcalde, diputado o conseller. Finalmente, la nueva dirección del PPCV ha sido una conjura necia de conchabados para liquidar al presidente de la Diputación Provincial de Valencia, Alfonso Rus, traicionado por varios de sus alcaldes que han desertado de sus filas.
Sinceramente, nosotros desde la plataforma Democracia y Libertad esperábamos mucho más de Alberto Fabra, sin embargo, no ha limpiado al partido de los que lo han llevado al descrédito publico entre los valencianos y el resto de los españoles que están viendo como nuestra comunidad ha sido gobernada en las consellerias, en los ayuntamientos y en las diputaciones provinciales como cortijos donde el dinero se ha derrochado en obras faraónicas, sueldos de escándalo, enchufes para amigos o siendo salpicados con hechos tan reprobables como el caso Gürtel. Y si con un congreso hecho a medida de Fabra hay un 20 % de votos en blanco, con un congreso abierto a la militancia el resultado podría haber sido realmente escandaloso.
Andrés Santo Delegado Regional
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